Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST) han identificado la 2,6-diclorobenzoquinona (2,6-DCQ) como un desinfectante altamente efectivo y respetuoso con el medio ambiente. El estudio revela la eficacia superior y la rápida degradabilidad de la 2,6-DCQ, lo que marca un avance notable en la salud pública y la preservación ecológica.
En un sorprendente avance, investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST) han descubierto un nuevo desinfectante prometedor, la 2,6-diclorobenzoquinona (2,6-DCQ), que ofrece una alternativa más ecológica y significativamente más eficaz que el cloroxilenol ampliamente utilizado.
Abordar una preocupación creciente
El cloroxilenol, ampliamente utilizado a nivel mundial, plantea riesgos ecotoxicológicos en ambientes acuáticos debido a su alta estabilidad química y su uso generalizado.
Al reconocer esto, Zhang Xiangru, profesor de ingeniería civil y ambiental en HKUST, y su equipo se embarcaron en un viaje para encontrar un desinfectante más seguro y eficiente.
“Descubrimos que el DBP seleccionado exhibió una eficacia antimicrobiana sustancialmente más fuerte que el cloroxilenol y que su concentración y la toxicidad del desarrollo asociada al recibir agua de mar disminuyeron rápidamente, incluso en la oscuridad”, dijo Zhang en un comunicado. comunicado de prensa.
Una solución innovadora
La investigación del equipo identificó al 2,6-DCQ como un desinfectante entre 9 y 22 veces más eficaz que el cloroxilenol para combatir diversos patógenos, incluidos E. coli, Staphylococcus aureus, Candida albicans y el bacteriófago MS2.
Lo que distingue al 2,6-DCQ es su rápida degradación y desintoxicación en el agua, reduciendo drásticamente su impacto ecotoxicológico.
“El cloroxilenol se ha detectado con frecuencia en ambientes acuáticos; por ejemplo, su concentración ha alcanzado hasta 10.6 μg/L en el agua de los ríos de Hong Kong”, añadió Zhang, destacando la urgencia de encontrar una alternativa más segura. “Los estudios toxicológicos han informado de efectos adversos del cloroxilenol en los organismos acuáticos, como alteraciones endocrinas, mortalidad embrionaria y malformaciones”.
Impacto ambiental y en la salud pública
Publicado En la prestigiosa revista Nature Communications, el estudio tiene implicaciones de gran alcance para mejorar tanto la sostenibilidad ambiental como la seguridad de la salud pública.
La rápida degradación del 2,6-DCQ en agua de mar, incluso sin luz solar, produce una toxicidad para el desarrollo significativamente menor en comparación con el cloroxilenol.
“Este estudio innovador no solo proporciona una solución potencial para apoyar mejor la bioseguridad humana y al mismo tiempo priorizar la sostenibilidad ambiental, sino que también tiene implicaciones significativas para el desarrollo de desinfectantes ecológicos y otros productos industriales ecológicos”, agregó Zhang.
Perspectivas de futuro
El estudio, coescrito por Han Jiarui y LI Wanxin, aboga por una aplicación más amplia del 2,6-DCQ en diversos sectores, incluidos los productos de cuidado personal, el saneamiento médico y la desinfección de espacios públicos.
Zhang espera aprovechar el aprendizaje automático para optimizar aún más los desinfectantes al comprender las huellas moleculares que influyen tanto en su potencia como en su degradabilidad.
Mientras el mundo continúa buscando soluciones que equilibren la seguridad sanitaria con la preservación ecológica, el descubrimiento de 2,6-DCQ por parte de HKUST es un testimonio del impacto que la investigación innovadora puede tener en nuestra comunidad global.