Según investigaciones recientes, la formación en debate puede aumentar significativamente tus posibilidades de ascender a puestos de liderazgo. Al fomentar la asertividad, las habilidades de debate ayudan a las personas a destacar y tener éxito en las organizaciones estadounidenses.
Para quienes buscan ascender en la empresa, les presentamos una sugerencia convincente que quizás hayan pasado por alto: la capacitación en debate. Un estudio reciente revela que quienes aprenden los fundamentos del debate tienen más probabilidades de alcanzar puestos de liderazgo en organizaciones estadounidenses que quienes no reciben dicha capacitación. El factor clave que impulsa esta ventaja es la asertividad que se fomenta mediante las habilidades de debate.
“El entrenamiento en debate puede promover el surgimiento y el avance del liderazgo al fomentar la asertividad de los individuos, que es una característica de liderazgo clave y valorada en las organizaciones estadounidenses”, dijo el coautor Jackson Lu, profesor asociado del MIT, en un comunicado de prensa.
La investigación, publicado en el Journal of Applied Psychology, profundiza en los beneficios empíricos del entrenamiento en debate en el desarrollo del liderazgo, un tema que a menudo se discute de manera anecdótica pero que rara vez se estudia sistemáticamente.
“El desarrollo del liderazgo es una industria multimillonaria, donde se invierte mucho dinero para ayudar a las personas a convertirse en líderes”, añadió Lu. “Pero el público desconoce qué sería efectivo, porque no hay mucha evidencia causal. Eso es precisamente lo que ofrecemos”.
El Estudio
Los hallazgos del estudio se basan en dos experimentos. En el primero, 471 empleados de una empresa de la lista Fortune 100 fueron asignados aleatoriamente a nueve semanas de capacitación en debate o a ninguna. Después de 18 meses, quienes recibieron capacitación en debate tuvieron 12 puntos porcentuales más de probabilidades de ascender a puestos de liderazgo. Esto se atribuyó a una mayor asertividad adquirida mediante la capacitación en debate.
El segundo experimento analizó a 975 participantes universitarios y sus respuestas a la formación en debates, en comparación con la formación alternativa o la ausencia de formación. Al igual que en el primer experimento, los participantes con formación en debates tuvieron mayor probabilidad de convertirse en líderes en actividades grupales, un efecto también vinculado a una mayor asertividad.
"La inclusión de una condición de entrenamiento sin debate nos permitió afirmar causalmente que el entrenamiento en debate, en lugar de cualquier entrenamiento, mejoró la asertividad y aumentó el surgimiento del liderazgo", agregó la coautora Lu Doris Zhang, estudiante de doctorado en el MIT.
Aunque algunos pueden considerar la asertividad como potencialmente disruptiva, la Asociación Americana de Psicología la define como un estilo de comunicación beneficioso que permite a las personas expresar sus sentimientos y necesidades directamente, manteniendo al mismo tiempo el respeto por los demás.
Lu subraya este punto y añade: «La asertividad es conceptualmente diferente de la agresividad. Para hablar en reuniones o aulas, no es necesario ser agresivo. Se pueden hacer preguntas con cortesía y, aun así, expresar opiniones eficazmente. Claro que eso es diferente a no decir nada».
En el acelerado mundo actual, es fundamental tener habilidades de comunicación refinadas.
“Ya sea eliminando el relleno o controlando el ritmo, saber cómo afirmar nuestras opiniones nos ayuda a sonar más líderes”, agregó Zhang.
Identificación de líderes
Curiosamente, el estudio reveló que la formación en debates beneficia a las personas independientemente de su género, nacionalidad o etnia. Sin embargo, plantea interrogantes más amplios sobre cómo las empresas reconocen y cultivan diversas capacidades de liderazgo.
“Enfatizamos que la responsabilidad de romper las barreras de liderazgo no debe recaer en las personas mismas”, añadió Lu. “Las organizaciones también deben reconocer y valorar los diferentes estilos de comunicación y liderazgo en el lugar de trabajo”.
Además, Lu enfatiza que la investigación examina el surgimiento del liderazgo, no su efectividad.
“Es posible que las personas que son mejores oyentes, que son más cooperativas y más humildes, también deberían ser seleccionadas para puestos de liderazgo porque son líderes más efectivos”, añadió.
La investigación fue financiada parcialmente por la Sociedad de Personalidad y Psicología Social.
Fuente: MIT