Un nuevo estudio revela que correr con cochecito reduce el riesgo de lesiones para los padres

Un estudio de Penn State Berks revela que correr con cochecito reduce el impacto vertical por paso, lo que podría reducir el riesgo general de lesiones para los padres. Sin embargo, también aumenta las fuerzas de torsión, lo que pone de relieve una nueva dinámica en la biomecánica de la carrera.

Los padres que salen a la calle con una carriola para correr podrían estar haciéndose un favor. Un estudio reciente realizado por investigadores de Penn State Berks ha demostrado que correr con una carriola reduce significativamente el impacto por paso, lo que disminuye el riesgo de lesiones.

Aunque empujar un cochecito durante una carrera resulta más exigente y cambia la biomecánica del corredor, el estudio encontró un beneficio importante.

Los 38 participantes sanos, que corrían al menos cinco millas por semana y no sufrieron lesiones, demostraron una reducción en las métricas de carga vertical del 8% al 17% cuando corrían con un cochecito.

“Si bien existen muchos datos sobre la economía y el esfuerzo al correr, este es el primero en analizar cómo cambian las fuerzas de carga al correr con cochecito”, declaró en un comunicado de prensa la autora principal, Allison Altman Singles, profesora asociada de kinesiología e ingeniería mecánica. “Comprender esta compensación biomecánica podría orientar el diseño de cochecitos, las estrategias de entrenamiento, así como los protocolos de prevención de lesiones y rehabilitación para quienes corren con cochecitos”.

El estudio, publicado En la revista PLOS One, se abordaron las fuerzas clave que contribuyen a las lesiones comunes por uso excesivo, incluidas la carga vertical y torsional (las fuerzas de torsión que ocurren cuando el pie se impulsa del suelo).

La carga vertical excesiva está relacionada con lesiones como dolor de rodilla, fracturas por estrés y fascitis plantar.

“Cuando corremos con un cochecito, nos descargamos verticalmente porque apoyamos las manos en el manillar y nos inclinamos un poco. Eso permite que parte de nuestro peso se desplace hacia el cochecito en lugar de hacia nuestras piernas”, añadió Singles.

Sin embargo, el estudio también identificó una compensación.

Las métricas de carga torsional aumentaron significativamente con el funcionamiento del cochecito y algunas medidas aumentaron más de cuatro veces.

Los investigadores sugirieron que el acto de sujetar el manillar podría limitar la rotación natural de la parte superior del cuerpo, aumentando las fuerzas de torsión bajo los pies para compensar.

Además, mantener el cochecito en movimiento en línea recta e impulsarlo hacia adelante puede requerir más fuerzas de torsión.

Si bien estas mayores fuerzas de torsión podrían generar preocupaciones, Singles señaló que la carga de torsión está menos establecida como un factor de riesgo de lesión en comparación con las métricas de carga vertical.

Con más investigaciones y posibles mejoras en el diseño de los cochecitos, se podrían mitigar las mayores fuerzas de torsión.

La principal conclusión es que correr con el cochecito no es peligroso. Este estudio demuestra que, en muchos casos, el riesgo de lesiones por uso excesivo se reduce gracias al propio cochecito, añadió Singles.

El equipo de investigación planea continuar estudiando la biomecánica de correr en cochecito y sus implicaciones para los tipos de lesiones entre los corredores que lo hacen.

Fuente: La universidad estatal de pennsylvania