Un estudio reciente de la Universidad de Bath descubrió que las personas con un coeficiente intelectual más alto toman decisiones significativamente mejores al pronosticar con precisión eventos futuros, lo que afecta su éxito general en la vida.
Un estudio reciente realizado por la Escuela de Administración de la Universidad de Bath ha proporcionado información convincente sobre cómo las personas con coeficientes intelectuales más altos hacen predicciones más precisas, lo que conduce a una mejor toma de decisiones y, posteriormente, a mejores resultados de vida.
Publicado En el Journal of Personality and Social Psychology, la investigación subraya la correlación entre la capacidad cognitiva y los éxitos en la vida.
El estudio, que utiliza datos del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento (ELSA), se centró en las capacidades predictivas de las personas mayores de 50 años en Inglaterra con respecto a su esperanza de vida.
Se pidió a los participantes que estimaran su probabilidad de vivir hasta ciertas edades, y estas estimaciones se compararon con las tablas de mortalidad nacionales de la Oficina Nacional de Estadística. La investigación controló diversos factores, como el estilo de vida, la salud y la longevidad genética.
Al analizar las puntuaciones de los participantes en varias pruebas cognitivas y marcadores genéticos vinculados a la inteligencia y el éxito educativo, Chris Dawson, profesor de economía y ciencias del comportamiento de la Universidad de Bath, demostró que los individuos con coeficientes intelectuales más altos tienden a tener creencias más precisas sobre las incertidumbres futuras.
“Evaluar con precisión la probabilidad de que nos sucedan cosas buenas y malas es fundamental para tomar buenas decisiones”, afirmó Dawson en un comunicado de prensa. “Casi todas las decisiones que tomamos, ya sea emprender un negocio, invertir, cruzar la calle o elegir con quién salir, requieren evaluaciones probabilísticas”.
Los resultados revelaron que las personas dentro del 2.5% más alto de la población en términos de CI cometieron significativamente menos errores de pronóstico en comparación con las personas dentro del 2.5% más bajo.
“Ya se sabe que el coeficiente intelectual predice la salud, la riqueza, los ingresos, el estatus ocupacional y el logro educativo, y esta investigación destaca un posible canal a través del cual las personas con un coeficiente intelectual más bajo obtienen peores resultados en todos estos resultados”, agregó Dawson.
Dawson sugiere que presentar estimaciones de probabilidad explícitas sobre información crucial, como la salud y las finanzas, podría ayudar a las personas propensas a errores de pronóstico a tomar decisiones más informadas y precisas. Este enfoque podría mitigar la desventaja que enfrentan quienes tienen capacidades cognitivas más bajas.
“El estudio muestra que ciertos rasgos genéticos vinculados a la inteligencia y la educación están asociados con predicciones más precisas, lo que sugiere que una menor capacidad cognitiva puede contribuir causalmente a la formación de evaluaciones más sesgadas”, añadió Dawson.
Las implicaciones de esta investigación son profundas. Unas expectativas más calibradas sobre el futuro pueden influir en la forma en que los hogares toman decisiones cruciales, desde cuánto ahorrar, cuándo jubilarse y si invertir o no.
“Las expectativas mal calibradas pueden conducir a malas decisiones financieras y a un menor bienestar económico, lo que puede afectar negativamente al crecimiento nacional”, añadió Dawson.
Fuente: Universidad de Bath