Un estudio del Centro de Investigación Ecológica HUN-REN describe cómo la disminución de las precipitaciones y las condiciones de sequía extrema conducen a una reducción de la diversidad de especies vegetales, subrayando la urgente necesidad de actuar frente al cambio climático.
En un mundo que enfrenta los efectos acelerados del cambio climático, un nuevo estudio del Centro de Investigación Ecológica HUN-REN en Hungría ha revelado cómo la reducción de las precipitaciones y las condiciones de sequía extrema amenazan la riqueza de especies vegetales, especialmente en los ecosistemas de tierras secas.
La investigación, publicado en el Journal of Ecology, arroja luz sobre las complejas relaciones entre los cambios a largo plazo en las precipitaciones, los eventos de sequía severa, la biomasa de las especies vegetales dominantes y la diversidad vegetal general.
Durante siete años, los científicos llevaron a cabo un experimento de campo sobre cambio climático utilizando refugios antilluvia para simular una sequía extrema seguida de precipitaciones estivales variables.
“Las sequías debilitan las especies dominantes, creando oportunidades para que otras plantas prosperen, alterando potencialmente la comunidad vegetal”, dijo el autor principal Gábor Ödoni, investigador del Centro de Investigación Ecológica HUN-REN, en un artículo. comunicado de prensa.
Los resultados iniciales del análisis demostraron una fuerte correlación positiva entre las precipitaciones y la diversidad de plantas después de un episodio de sequía extrema. Sin embargo, esta relación no se observó sin la ocurrencia de una sequía, lo que ilustra la compleja interacción entre la lluvia y los ecosistemas vegetales.
Curiosamente, el análisis de trayectorias identificó que, en ausencia de sequía, el aumento de las precipitaciones aumentó la biomasa de las especies herbáceas dominantes, lo que a su vez provocó una disminución de la diversidad general de plantas, lo que demuestra cómo las especies dominantes pueden suprimir a otras plantas.
A pesar de este efecto supresor indirecto, las precipitaciones adicionales afectaron positivamente la riqueza de especies. Además, las sequías extremas anteriores mejoraron la relación entre las precipitaciones y la biodiversidad, lo que muestra los efectos duraderos de los fenómenos meteorológicos severos en los ecosistemas.
György Kröel-Dulay, investigador principal del experimento de campo e investigador principal del Centro de Investigación Ecológica HUN-REN, enfatizó las implicaciones más amplias de estos hallazgos.
“A medida que las temperaturas globales aumentan y los patrones de precipitaciones se vuelven más extremos, los ecosistemas pueden volverse cada vez más sensibles a los cambios en la disponibilidad de agua”, dijo en el comunicado de prensa.
El estudio destaca la necesidad crítica de considerar tanto los efectos directos como los indirectos al evaluar el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad. Comprender estas dinámicas es crucial para desarrollar estrategias eficaces para conservar la biodiversidad en un mundo que enfrenta cada vez más incertidumbres ambientales.
“Al profundizar nuestra comprensión de estas dinámicas, podemos anticipar mejor los desafíos futuros y desarrollar estrategias más efectivas para conservar la biodiversidad”, agregó el autor principal Zoltán Botta-Dukát, asesor científico del Centro de Investigación Ecológica HUN-REN.
La investigación subraya el delicado equilibrio de los ecosistemas y el profundo impacto que pueden tener los cambios en los patrones de precipitaciones: una visión vital para los responsables políticos y los conservacionistas que trabajan para salvaguardar la riqueza biológica de nuestro planeta.