Una investigación de la Universidad de Vaasa profundiza en el estigma social que rodea a las dietas basadas en plantas en Europa, revelando que los estereotipos y las reacciones emocionales constituyen barreras importantes. El estudio destaca la necesidad de un marketing innovador y un cambio sistémico para que el vegetarianismo sea socialmente más aceptable.
Investigadores de la Universidad de Vaasa, en Finlandia, han revelado nuevos hallazgos que arrojan luz sobre por qué las dietas basadas en plantas aún encuentran resistencia en Europa. El estudio, publicado en la revista Food Quality and Preference, explora las complejas percepciones sociales y estereotipos que obstaculizan la aceptación del vegetarianismo y los sustitutos de la carne.
Roosa-Maaria Malila, investigadora de doctorado, realizó el estudio con Kyösti Pennanen, director de investigación, y Harri Luomala, profesor de comportamiento del consumidor en la Universidad de Vaasa.
El consumo de carne y sustitutos de la carne es un fenómeno social muy intenso. Según nuestra investigación, los consumidores que prefieren alternativas vegetales son percibidos como socialmente diferentes, y no en el buen sentido, afirmó Malila en un comunicado de prensa.
Emociones mixtas y reacciones sociales
Aunque los vegetarianos suelen ser admirados por su conciencia ambiental y sus elecciones saludables, también enfrentan reacciones negativas, como envidia, desprecio e incluso ira.
El estudio encontró que los participantes de Finlandia, Reino Unido, Alemania y Suecia mostraron sentimientos encontrados hacia aquellos que optan por dietas vegetarianas.
“En nuestra investigación, descubrimos que la gente incluso quería actuar agresivamente hacia los vegetarianos o excluirlos de sus círculos sociales”, añadió Malila.
El Experimento
Se pidió a los participantes que imaginaran a los consumidores basándose en sus listas de compras.
Estas listas variaban e incluían carne, una mezcla de salchichas de pollo y verduras, o productos proteicos exclusivamente vegetales. Cada lista también incluía alimentos básicos como pasta, pan y plátanos para ocultar el verdadero propósito del experimento.
Los hallazgos revelan sesgos sociales significativos contra quienes eligen dietas basadas en plantas.
Identidad social e implicaciones de marketing
La introducción de las nuevas Recomendaciones Nórdicas de Nutrición en 2024, que abogan por la reducción del consumo de carne roja, generó un importante debate público en Finlandia. Esto refleja la perspectiva del estudio sobre cómo el vegetarianismo puede ser divisivo.
La comida es una parte muy importante de nuestra identidad social. Si la comida vegetariana evoca sentimientos negativos, no mucha gente quiere arriesgarse a ser asociada con ella, añadió Malila.
Por lo tanto, las estrategias de marketing creativas son cruciales para cambiar estas percepciones. Centrar los mensajes en los beneficios individuales, en lugar de solo en las ventajas ambientales, podría ser de gran ayuda.
“Alentar a las personas a elegir alimentos más sostenibles no se trata solo del precio o de si un producto sabe a estrella Michelin. Estos hallazgos demuestran claramente que la alimentación sostenible necesita una renovación de imagen para ser percibida como socialmente aceptable”, añadió Malila.
Superando las barreras al cambio
Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que las razones sociales son una barrera más importante para adoptar una dieta basada en plantas que el costo, contrariamente a la creencia popular.
Contamos con abundante investigación nacional que demuestra que el coste del vegetarianismo no es el principal obstáculo para la adopción, aunque sí es uno de ellos. Las razones sociales son un obstáculo mucho mayor, añadió Malila.
Según Malila, lograr una aceptación generalizada de las dietas basadas en plantas requiere un compromiso a largo plazo y cambios sistémicos que involucren a la UE, las autoridades estatales, las empresas, los consumidores y las organizaciones.
Fuente: Universidad de vaasa