Un nuevo estudio revela un preocupante sesgo de género en los programas de liderazgo en el lugar de trabajo, que demuestra que la pasión de los hombres suele ser recompensada, mientras que las cualidades similares de las mujeres son penalizadas. Descubra cómo esto afecta la diversidad de liderazgo y qué pueden hacer las organizaciones para abordar estas desigualdades.
La pasión se considera a menudo un indicador clave del potencial de liderazgo, pero un nuevo estudio publicado En la revista INFORMS Organization Science se revela que no beneficia a todos por igual. La investigación indica importantes sesgos de género, que perjudican a las mujeres mientras favorecen a los hombres.
“La pasión es un criterio que los gerentes suelen utilizar para evaluar el potencial de liderazgo, pero nuestros hallazgos muestran que los estereotipos de género distorsionan la forma en que se percibe la pasión”, dijo en un artículo la autora principal, Joyce He, profesora adjunta de la Escuela de Administración Anderson de la UCLA. comunicado de prensa“Este doble rasero perjudica injustamente a las mujeres y perpetúa las desigualdades en el lugar de trabajo”.
El estudio, titulado acertadamente “La pasión penaliza a las mujeres y favorece a los hombres en puestos de alto potencial”, revela que los hombres tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades que las mujeres de ser etiquetados como empleados de “alto potencial”. Esta designación puede acelerar sus carreras, incluso cuando los niveles de pasión y desempeño de hombres y mujeres son comparables.
El doble rasero de género
La investigación destaca un patrón generalizado en las evaluaciones de liderazgo.
Los hombres que expresan pasión por su trabajo son percibidos como más diligentes y comprometidos, lo que potencialmente les abre el camino hacia posiciones más altas.
Por el contrario, las mujeres que muestran el mismo nivel de pasión a menudo son etiquetadas como demasiado emocionales y menos profesionales, lo que dificulta sus posibilidades de ser vistas como futuras líderes.
“Los hombres, especialmente aquellos con un desempeño sólido pero no excepcional, tenían más probabilidades de ser recompensados por su pasión, ya que los hacía parecer más trabajadores”, agregó He. “Las mujeres, por otro lado, se enfrentaron al escepticismo, ya que su pasión se interpretó como menos profesional”.
El estudio utilizó datos de una importante empresa de ingeniería y realizó experimentos con más de 2,100 participantes. Los hallazgos subrayan cómo los criterios subjetivos como la pasión pueden reforzar inadvertidamente las desigualdades de género, incluso en organizaciones que abogan por la equidad.
“Las organizaciones afirman que valoran la pasión, pero esta investigación demuestra que no se evalúa de la misma manera para hombres y mujeres”, añadió el coautor Jon Jachimowicz, profesor adjunto de la Escuela de Negocios de Harvard. “Este doble rasero en materia de pasión puede frenar el avance de las mujeres e impedir que los lugares de trabajo creen canales de liderazgo verdaderamente diversos en cuanto al género”.
Qué pueden hacer las organizaciones
Para contrarrestar estas desigualdades, los investigadores proponen varias medidas prácticas que las organizaciones pueden adoptar:
- Centrarse en logros mensurables: Enfatizar criterios objetivos durante las evaluaciones
- Gerentes de trenes: Equiparlos para reconocer y mitigar los sesgos de género.
- Evaluaciones anónimas: Implementar procesos de revisión anónimos para garantizar la imparcialidad.
Al sacar a la luz estos sesgos arraigados, el estudio pretende alentar a las organizaciones a repensar cómo evalúan el potencial de liderazgo, impulsando un futuro más inclusivo y diverso en el liderazgo corporativo.