Los científicos de UT Health San Antonio han identificado una hormona clave que puede ayudar a mantener la función del timo a medida que envejecemos, lo que ofrece esperanza de sistemas inmunes más fuertes en los adultos mayores.
Científicos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UT Health San Antonio) han hecho un descubrimiento revolucionario que podría mejorar la función del sistema inmunitario en adultos mayores. Su estudio, publicado En el número de febrero de Nature Aging, revela que el factor de crecimiento de fibroblastos FGF21, una hormona peptídica, juega un papel vital en la preservación del tejido tímico, crucial para combatir infecciones.
El timo, una pequeña glándula ubicada debajo del esternón, es esencial para el entrenamiento de las células T, las defensas del cuerpo contra las infecciones. Sin embargo, esta glándula disminuye de tamaño y función con la edad, lo que debilita el sistema inmunitario.
Al aumentar los niveles de FGF21 en modelos de ratón, los investigadores pudieron mantener tanto el tamaño como la eficacia del timo, promoviendo un desarrollo más diverso de las células T.
“Esta investigación podría ser crucial para desarrollar una manera de preservar una respuesta inmunitaria fuerte a lo largo de la vida”, declaró Ann Griffith, profesora adjunta del Departamento de Microbiología, Inmunología y Genética Molecular de UT Health San Antonio, en un comunicado de prensa. “Este es un avance emocionante en la búsqueda de dianas que puedan restaurar de forma duradera la función tímica en las personas mayores y mejorar su respuesta inmunitaria”.
El estudio, liderado por Griffith, se basa en investigaciones previas que exploran los cambios genéticos que ocurren durante la regeneración tímica. Hallazgos previos destacaron el papel del FGF21 en el crecimiento tímico, y el equipo de Griffith aclaró aún más su efecto en la morfología celular de la glándula.
“El FGF21 puede enviar señales directamente a las células del estroma dentro del timo y también puede enviar señales a otras células de una manera que impacta la morfología”, agregó Griffith.
A medida que envejecemos, la capacidad del timo para regenerarse y apoyar a las células T jóvenes disminuye, lo que aumenta la propensión de los adultos mayores a infecciones y a la recurrencia del cáncer. Si bien el aumento de los niveles de FGF21 parece prometedor para mitigar la atrofia tímica, no la previene por completo.
Sin embargo, el FGF21 mostró potencial para reducir la inflamación y la autoinmunidad, que aumentan a medida que disminuye la función tímica.
“Parte de la educación de las células T en esta 'escuela' consiste en asegurar que, si reconocen nuestros propios tejidos, las eliminemos”, añadió Griffith. “Hemos observado que esta función disminuye con la edad, y esta proteína logró mitigarla para, potencialmente, permitir una mejor tolerancia en las células T que se originan en el timo”.
Fuente: Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio