Un avance tecnológico en el tratamiento de la diabetes resulta eficaz para los adultos mayores

Una investigación dirigida por la Universidad Estatal de Washington descubrió que los adultos mayores con diabetes tipo 1 pueden utilizar de forma segura sistemas automatizados de administración de insulina, lo que revoluciona el control de la diabetes para este grupo demográfico.

Una nueva investigación de la Universidad Estatal de Washington y otras cinco instituciones demuestra que los sistemas de administración automática de insulina (AID) son seguros y eficaces para los adultos mayores con diabetes tipo 1. Esto contradice la creencia común de que los adultos mayores podrían tener dificultades con la tecnología médica avanzada.

En un sistema AID, un sensor adherido al brazo o al abdomen monitorea continuamente los niveles de azúcar en sangre y comunica los datos a una bomba de insulina portátil. La bomba ajusta automáticamente la administración de insulina sin necesidad de introducir datos manualmente ni de realizar inyecciones. Algunos modelos ofrecen conectividad inalámbrica con teléfonos inteligentes, lo que proporciona a los usuarios datos de azúcar en sangre en tiempo real.

“Es un gran cambio que las personas utilicen la tecnología para controlar su diabetes cuando muchas de ellas han utilizado múltiples inyecciones diarias durante 30 años o más”, dijo en un comunicado de prensa Naomi Chaytor, profesora y directora del Departamento de Salud Comunitaria y Conductual de la Facultad de Medicina Elson S. Floyd de la WSU y una de las investigadoras principales del estudio. “Existe el estereotipo de que la tecnología es más difícil para los adultos mayores, pero les fue bastante bien”.

El estudio, publicado En NEJM Evidence, se aborda una importante brecha de conocimiento al mostrar quién puede beneficiarse de esta tecnología. La administración automatizada de insulina se ha convertido en el método preferido para controlar la diabetes tipo 1, mejorar el control de la glucosa y reducir la carga que supone controlar esta enfermedad crónica tanto para niños como para adultos.

Esta investigación es el mayor ensayo clínico que se ha realizado en adultos mayores con diabetes tipo 1, un grupo que suele estar subrepresentado en este tipo de estudios. El estudio, que se centra en factores relevantes para los adultos mayores, como la facilidad de uso de la tecnología y la prevención de la hipoglucemia, destaca importantes beneficios. La hipoglucemia supone un riesgo particular para los adultos mayores debido a su asociación con el deterioro cognitivo y complicaciones como las caídas.

En el ensayo se compararon dos sistemas de asistencia respiratoria (el sistema híbrido de circuito cerrado y el sistema predictivo de suspensión de glucosa baja) con un sistema de bomba no automatizado con sensor aumentado. A lo largo de 12 semanas, 78 participantes de 65 años o más utilizaron cada dispositivo, con un seguimiento regular.

Los resultados mostraron que los sistemas automatizados redujeron significativamente el tiempo que los participantes pasaron con niveles de azúcar en sangre peligrosamente bajos en comparación con el sistema no automatizado. El sistema híbrido de circuito cerrado fue especialmente eficaz, manteniendo el nivel de azúcar en sangre dentro del rango objetivo el 74 % del tiempo, en comparación con el 67 % del sistema predictivo y el 66 % de la bomba aumentada con sensor.

Si bien los sistemas automatizados requerían más apoyo técnico inicial para capacitar a los participantes, los cuestionarios indicaron que los participantes estaban dispuestos a adoptar la nueva tecnología y la consideraban tan fácil de usar como los dispositivos no automatizados. Sorprendentemente, quienes tenían deterioro cognitivo leve usaron los dispositivos con la misma eficacia que quienes no lo tenían.

“La incorporación requirió más tiempo y esfuerzo en esta población que en poblaciones más jóvenes, por lo que es importante que los proveedores comprendan que puede requerirse un trabajo previo para que las personas se sientan realmente cómodas con la tecnología”, agregó Chaytor. “Los proveedores deben planificar eso, pero no desanimarse”.

Desde que concluyó el ensayo, los sistemas de suspensión predictivos de niveles bajos de glucosa se han interrumpido en los Estados Unidos en favor de sistemas híbridos de circuito cerrado más sofisticados, en consonancia con los hallazgos del estudio.

El estudio multicéntrico contó con colaboradores y centros de inscripción de la Clínica Mayo en Minnesota, la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, la Universidad Médica Upstate de la Universidad Estatal de Nueva York y el Instituto de Investigación Traslacional de AdventHealth. El Centro Jaeb para la Investigación en Salud de Florida actuó como centro coordinador del ensayo clínico.

Fuente: Universidad del Estado de Washington