Un nuevo estudio ha descubierto un método novedoso para reducir los problemas relacionados con el alcohol entre los estudiantes universitarios sin reducir su consumo. La intervención, Defensa Contra-Actitudes (CAA), se centra en modificar la percepción sobre el consumo excesivo de alcohol.
Los estudiantes universitarios, conocidos como el grupo demográfico más propenso al consumo excesivo de alcohol en Estados Unidos, a menudo enfrentan consecuencias significativas relacionadas con el alcohol. Estas incluyen desmayos, dificultades académicas y problemas interpersonales, así como consecuencias indirectas como la agresión y la interrupción de los estudios para sus compañeros.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown presenta un enfoque innovador para mitigar estos daños: la Defensa Contra-Actitudes (CAA). A diferencia de los métodos tradicionales que se centran en reducir el consumo de alcohol, la CAA ofrece una estrategia interesante al abordar las percepciones positivas de los estudiantes sobre el consumo excesivo de alcohol.
Nueva intervención: defensa contra las actitudes
CAA funciona animando a los estudiantes a defenderse de comportamientos que antes consideraban necesarios, en este caso, el consumo excesivo de alcohol como parte integral de la experiencia universitaria. El método impulsa a los estudiantes a reflexionar sobre las razones por las que es beneficioso evitar los problemas relacionados con el consumo de alcohol y los impulsa a identificar estrategias personales para minimizar los riesgos.
Este método se comparó en ensayos controlados aleatorios con la Retroalimentación Normativa Personalizada (PNF), un enfoque probado que proporciona a los estudiantes datos sobre sus hábitos de bebida en relación con sus compañeros.
El estudio involucró a 585 estudiantes universitarios en dos sitios.
“Ambas intervenciones toman solo de 5 a 10 minutos, lo que las hace ideales para iniciativas de prevención a gran escala”, declaró en un comunicado de prensa Kate Carey, coinvestigadora principal y profesora de ciencias sociales y del comportamiento en Brown. “Nuestros resultados mostraron que la FNP redujo el consumo de alcohol, como se esperaba. Sin embargo, la CAA redujo específicamente el número de problemas que los participantes reportaron debido al consumo de alcohol. Por lo tanto, si bien tuvieron efectos diferentes, fueron complementarios, lo que nos brinda otra herramienta útil para la reducción de daños”.
Los resultados del estudio
Los ensayos revelaron que:
- Los participantes que recibieron PNF informaron consumir significativamente menos bebidas por semana que el grupo de control.
- Los que se sometieron a CAA informaron tener notablemente menos problemas relacionados con el alcohol, pero no mostraron una reducción en el consumo de alcohol, lo que es coherente con el enfoque de la intervención.
“En lugar de decirles directamente a los estudiantes qué hacer, los animamos a generar sus propias estrategias”, añadió Carey. “Esto hace que la intervención sea personalizada y no confrontativa. A diferencia de algunas intervenciones que hacen que las personas se pongan a la defensiva sobre su consumo de alcohol, CAA plantea la discusión de forma más amplia: "¿Por qué es bueno que los jóvenes eviten los problemas?", en lugar de "Tú personalmente necesitas cambiar".
Herramientas complementarias para mejores resultados
Carey enfatizó la importancia de brindar diversas intervenciones breves, señalando que ningún enfoque es efectivo para todos.
Al combinar PNF y CAA, los investigadores creen que pueden abordar las diversas necesidades de los estudiantes universitarios de manera más efectiva.
El equipo de investigación, que incluye a los investigadores principales Angelo DiBello de la Universidad Rutgers y Clayton Neighbors de la Universidad de Houston, se muestra optimista de que la CAA ofrece otra herramienta valiosa, especialmente para los estudiantes que pueden no responder al PNF.
Estos hallazgos, publicado En el Journal of Consulting and Clinical Psychology, se destaca el potencial de la CAA para complementar las estrategias existentes y ofrecer un enfoque más integral para reducir los daños asociados con el consumo excesivo de alcohol entre los estudiantes universitarios.