Los vehículos eléctricos por sí solos no reducirán las emisiones de carbono, según un nuevo estudio

Los vehículos eléctricos (VE) suelen presentarse como una solución al cambio climático, pero un nuevo estudio revela que sus beneficios ambientales son insignificantes a menos que se alimenten con energía limpia. Investigadores de la Universidad de Auckland y la Universidad de Xiamen descubrieron que, sorprendentemente, una mayor adopción de VE se ha relacionado con un aumento de las emisiones de CO₂ en muchos países.

Un nuevo estudio internacional publicado Un estudio publicado en la revista Energy ha cuestionado contundentemente la creencia popular de que los vehículos eléctricos (VE) son inherentemente ecológicos. Realizado por investigadores de la Universidad de Auckland y la Universidad de Xiamen (China), el estudio revela que la adopción de VE no conlleva una reducción de las emisiones de carbono a menos que la electricidad utilizada para su funcionamiento provenga de energías renovables.

Stephen Poletti, profesor asociado de la Universidad de Auckland, y Miaomiao (Simon) Tao, candidato a doctorado en el Centro de Energía de la Escuela de Negocios de la Universidad de Auckland, encabezaron la investigación.

Al examinar datos de 26 países durante un período de 15 años, los investigadores utilizaron métodos estadísticos sólidos para analizar los factores que contribuyen a las emisiones nacionales de dióxido de carbono (CO₂).

Sus hallazgos son sorprendentes y significativos: en numerosos países, el aumento de la adopción de vehículos eléctricos se ha relacionado paradójicamente con mayores emisiones de CO₂.

“Por el contrario, la adopción de vehículos eléctricos está asociada positivamente con las emisiones de CO₂”, afirmó Tao en un comunicado de prensa.

Esta perspectiva rompe con la creencia generalizada de que los vehículos eléctricos contribuyen automáticamente a la descarbonización. La investigación subraya que el verdadero impacto ambiental de los vehículos eléctricos depende de la naturaleza de la generación eléctrica de un país.

En muchos países, los vehículos eléctricos aún se alimentan principalmente de electricidad derivada de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo. Por ejemplo, cargarlos con electricidad de centrales eléctricas de carbón puede generar, en ocasiones, mayores emisiones a lo largo de su vida útil en comparación con los vehículos modernos de gasolina o diésel, según Poletti.

Los resultados sugieren que la adopción de vehículos eléctricos contribuirá a la reducción de las emisiones de CO₂ solo cuando la electricidad renovable represente alrededor del 48% del suministro eléctrico mundial.

Sin embargo, en 2023, la energía renovable (incluida la eólica, la solar y la hidroeléctrica) representó poco más del 30% del suministro eléctrico mundial, lo que indica una brecha importante que aún queda por cerrar, según Poletti.

La investigación presta especial atención a Nueva Zelanda, donde más del 80% de la generación de electricidad proviene de fuentes renovables, lo que coloca al país en una sólida posición para beneficiarse de la adopción de vehículos eléctricos.

“Los vehículos eléctricos suelen considerarse una solución milagrosa para el cambio climático, pero nuestros resultados muestran que ese no es el caso si la electricidad que los alimenta no es limpia”, añadió Poletti.

Además de analizar el impacto de los vehículos eléctricos, los investigadores también consideraron otros factores que influyen en las emisiones, como el crecimiento económico, la innovación en tecnologías verdes, el consumo de energía renovable y la densidad de población.

Observaron que, si bien el crecimiento económico generalmente conlleva un aumento de las emisiones, los avances en tecnologías respetuosas con el medio ambiente y una mayor densidad de población, en forma de ciudades compactas, pueden contribuir a reducirlas. Cabe destacar que el uso de energías renovables tuvo el mayor impacto en la reducción de emisiones.

"Esta investigación es un recordatorio de que la descarbonización del transporte no puede ocurrir de forma aislada", añadió Poletti.

En esencia, para que los vehículos eléctricos contribuyan verdaderamente a los esfuerzos globales de descarbonización, deben integrarse en un contexto más amplio de consumo de energía sostenible y desarrollo de infraestructura.

Fuente: Universidad de Auckland