Un nuevo estudio revela que los exfumadores que recaen podrían estar simplemente cansados ​​del esfuerzo por mantenerse sin fumar.

Un nuevo estudio destaca que los exfumadores a menudo recaen no por antojos o falta de confianza, sino por el agotamiento del esfuerzo continuo por mantenerse sin fumar.

En un avance que arroja nueva luz sobre el abandono del hábito de fumar, los investigadores han determinado que el predictor más confiable de una recaída entre los ex fumadores no es el deseo de fumar ni la falta de confianza, sino más bien la fatiga por dejar de fumar, un cansancio provocado por el esfuerzo constante por permanecer libre de tabaco.

Esta idea surge de un nuevo estudio publicado en la revista Addiction.

Dejar de fumar es notoriamente difícil. Alrededor del 95 % de los intentos de dejar de fumar sin ayuda terminan en recaída, e incluso con tratamientos con base científica, como los parches de nicotina, las tasas de recaída siguen siendo altas, declaró en un comunicado de prensa el autor principal, Hua Yong, de la Universidad de Deakin (Australia). 

El estudio, que siguió a casi 2,000 exfumadores en Australia, Canadá, Inglaterra y Estados Unidos, profundizó en las experiencias de los participantes durante dos años.

Los investigadores descubrieron que el 9.2 % de los exfumadores había recaído durante este período. Lo más destacado fue que quienes reportaron altos niveles de fatiga por dejar de fumar tenían 1.64 veces más probabilidades de recaer que quienes presentaban niveles bajos de fatiga.

Esta fatiga persiste independientemente del tiempo que se lleve sin fumar o de si se usa el vapeo como sustituto de la nicotina. Incluso después de superar los síntomas de abstinencia y las respuestas condicionadas, el esfuerzo mental y emocional para mantener una vida sin tabaco puede acumularse, llegando a desbordar los mecanismos de afrontamiento y la motivación de la persona.

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas. Las estrategias de salud pública podrían mejorarse enormemente incorporando evaluaciones periódicas de la fatiga por dejar de fumar durante los chequeos médicos. De esta manera, los profesionales de la salud pueden identificar a las personas con mayor riesgo de recaída y ofrecer apoyo específico de manera oportuna.

“Nuestra investigación sugiere que el 'cansancio al esforzarse por no fumar' puede ser una herramienta útil para detectar a los exfumadores con mayor riesgo de recaída y brindarles apoyo cuando lo necesiten”, añadió Yong. “Podríamos incorporar la evaluación de la fatiga por dejar de fumar en los chequeos médicos rutinarios y estar preparados para brindar intervenciones de prevención de recaídas cuando sea necesario. También se podría recomendar a los exfumadores que busquen más ayuda cuando comiencen a experimentar fatiga”. 

Dado que casi uno de cada 10 exfumadores recayó debido a la fatiga por dejar de fumar, este estudio subraya la necesidad de brindar apoyo continuo a las personas después de dejar de fumar.

Fuente: Sociedad para el Estudio de la Adicción