La procrastinación a la hora de acostarse en estudiantes universitarios está vinculada a la necesidad de pertenencia

Un nuevo estudio revela que los estudiantes universitarios con una alta necesidad de pertenencia pueden sacrificar el sueño por las interacciones sociales. Esta tendencia, denominada "procrastinación social a la hora de acostarse", afecta la salud y el bienestar.

En un nuevo estudio publicado En la revista SLEEP, investigadores de la Facultad de Medicina Duke-NUS de Singapur revelan que los estudiantes universitarios que retrasan su hora de acostarse para interactuar socialmente están impulsados ​​por una necesidad fundamental de pertenencia.

Este descubrimiento se presentará en la reunión anual SLEEP 2025 y destaca la dinámica social que afecta la duración y la calidad del sueño entre los adultos jóvenes.

El equipo de investigación observó que los estudiantes universitarios que participaban en actividades sociales presenciales antes de acostarse dormían, en promedio, más de una hora menos durante las noches de clase. Su hora de acostarse estaba estrechamente relacionada con su última interacción social con amigos.

Joshua Gooley, el investigador principal, destacó la importancia del estudio.

“Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que identifica la 'necesidad de pertenencia' como un posible factor que impulsa la procrastinación social a la hora de acostarse y el sueño corto”, afirmó Gooley, profesor asociado del Programa de Neurociencia y Trastornos del Comportamiento de la Facultad de Medicina de Duke-NUS, en un comunicado de prensa.

El estudio monitoreó a 104 estudiantes residentes en un colegio residencial durante dos semanas. Los participantes, 59 de ellos mujeres, utilizaron un actígrafo y un reloj con radiofrecuencia para registrar sus patrones de sueño e interacciones sociales. También completaron diarios para evaluar su necesidad de aceptación.

Las directrices de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño recomiendan que los adultos duerman al menos siete horas por noche. Sin embargo, el fenómeno conocido como procrastinación (acostarse más tarde a pesar de reconocer las posibles consecuencias negativas) afecta la capacidad de los estudiantes para lograrlo.

Gooley expresó sorpresa por la fuerza de sus hallazgos.

“A menudo pensamos que la pérdida de sueño se debe al tiempo frente a pantallas o al trabajo, pero las necesidades sociales, especialmente en entornos de vida en grupo, pueden tener la misma influencia en el sueño”, añadió.

Este estudio será presentado por la primera autora Venetia Kok Jing Tong, candidata a doctorado del Programa de Neurociencia y Trastornos del Comportamiento de la Facultad de Medicina de Duke-NUS, el 11 de junio en SLEEP 2025 en Seattle.

Fuente: Academia Americana de Medicina del Sueño