El ejercicio promueve la salud cerebral y retrasa el envejecimiento

Un nuevo estudio revela que incluso pequeñas dosis de ejercicio de alta intensidad pueden mejorar significativamente la salud cerebral, reduciendo potencialmente el riesgo de demencia hasta en un 40 %. Los investigadores enfatizan que nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio y obtener beneficios cognitivos.

En un nuevo estudio, investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), en colaboración con el Instituto del Cerebro de Queensland en Australia, han revelado evidencia convincente de que la actividad física beneficia enormemente la salud del cerebro, reduciendo potencialmente el riesgo de demencia y promoviendo un envejecimiento cerebral saludable.

Publicado En la revista médica The Lancet, el estudio enfatiza que incluso pequeñas dosis de ejercicio de alta intensidad pueden tener efectos notables en la salud cerebral. Se basa en trabajos previos de los investigadores de la NTNU Ulrik Wisløff y Atefe R. Tari, coautores del libro "Microentrenamiento: 7 semanas para mejorar la condición física y la fuerza".

“Nuestro mensaje es simple: el ejercicio que produce una frecuencia cardíaca ligeramente más alta y una respiración agitada es medicina, también para el cerebro”, dijeron Wisløff y Tari en un comunicado de prensa.

La investigación, que evaluó estudios tanto en animales como en humanos, demuestra cómo la actividad física influye en funciones cerebrales cruciales, como la inflamación, el flujo sanguíneo, la respuesta inmunitaria, la plasticidad cerebral y la liberación de moléculas protectoras. Estos procesos suelen debilitarse con la edad, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

“Estos son mecanismos que juegan un papel importante en el desarrollo de la demencia y el deterioro cognitivo”, añadió Tari.

Los investigadores abogan por que se actualicen las directrices de salud pública para reflejar estos hallazgos.

Actualmente, las autoridades sanitarias recomiendan al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio de alta intensidad a la semana. Sin embargo, el estudio sugiere que incluso cantidades menores de ejercicio de alta intensidad pueden ofrecer beneficios significativos.

Wisløff señaló que muchas personas tienen dificultades para cumplir con las recomendaciones actuales de actividad física.

“Entre el 50 y el 70 por ciento de la población no cumple con las recomendaciones de actividad actuales”, añadió Wisløff.

El estudio sugiere un cambio hacia la promoción del microentrenamiento (incorporar pequeños episodios de ejercicio de alta intensidad en la vida diaria), lo que podría ser más alcanzable para muchas personas.

Creemos que es hora de que las autoridades sanitarias brinden consejos más claros sobre la importancia del ejercicio para el cerebro. Nuestro análisis demuestra que incluso pequeñas dosis de actividad de alta intensidad —equivalente a caminar a paso ligero sin poder cantar— pueden reducir el riesgo de demencia hasta en un 40 % —añadió Wisløff—.

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas, especialmente a medida que aumenta la esperanza de vida y el deterioro cognitivo se convierte en un importante problema de salud pública. Dado que no existe cura para la demencia, la prevención mediante cambios en el estilo de vida cobra mayor importancia.

“El ejercicio es económico, accesible y no tiene efectos secundarios. Debería considerarse una medida de primera línea para preservar la salud cerebral”, concluyó Tari.

La investigación internacional respalda estos hallazgos. comentario A principios de este año, un artículo en Nature Medicine también defendía la actualización de las directrices públicas para reflejar los beneficios para la salud cerebral de pequeñas dosis de ejercicio de alta intensidad.

Esta investigación, que arroja luz sobre la importancia del ejercicio para la salud cerebral, ofrece un mensaje esperanzador: nunca es tarde para empezar. Incorporar incluso pequeñas cantidades de ejercicio de alta intensidad a la rutina podría ser clave para mantener la salud cognitiva y prevenir la demencia.

Fuente: Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología